Friday, October 17, 2014

Tres estadios de la vida humana: un abordaje critico desde la perspectiva bíblica

Introducción:                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           
El filósofo danés Søren Kierkegaard en su escrito Estadios en el camino de la vida acuñó los siguientes términos para describir los tres estadios fundamentales en el camino de la vida: estética, ética y religiosa. No pretendo abordar estrictamente la filosofía kierkegaardiana, pero sí usaré estos términos libremente para delinear tres actitudes vitales de la vida del ser humano.

I.  La vida en el estadio estético (lo inmediato y sensual) lo viven muchos que definen su vida desde un punto de vista hedonista que se manifiesta como exagerado egocentrismo y amor propio.  Estos son los que el apóstol Pablo advierte a Timoteo que evite (2 Tim. 3:2-5).  Estos buscan los placeres, o sea, su búsqueda en la vida es una que se enfoca en lo material a expensas de lo espiritual. Es una vida fragmentada ya que se vive en el momento sin definición y sin considerar a Dios, es un rechazo de Dios.  Por ende, este tipo de vida conduce a la desesperación por que no se llega a la satisfacción verdadera que es la espiritual.

La parábola del rico y el Lázaro es una buena base bíblica para ver este tipo de vida. En esta historia vemos la vida estética que vivía el rico. La biblia relata, “Había un hombre rico, que se vestía con ropa fina y elegante y que todos los días ofrecía espléndidos banquetes” Este hombre es un buen ejemplo de una persona esteta; que vive para sí sin considerar a los demás. Hay unos puntos en este relato que ilustran bien claro la actitud del hombre rico. Primeramente era rico.Hay muchas instancias en la biblia donde vemos que las riquezas son en sí un obstáculo para el hombre que pone su confianza en ellas. Uno de ellos fue el joven rico que no estaba dispuesto a vender todo para seguir a Jesús.  Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? (Mr. 8:36). 

Sigamos con nuestro relato de la parábola del rico. El que se “vestía con ropa fina y elegante” demuestra su actitud de vanidad. Vivía absorbido en su orgullo a tal grado que su punto de referencia básicamente era él. También nos dice este relato que “todos los días ofrecía espléndidos banquetes”.  Este hombre es el clásico estético que solo vive para darle rienda suelta a la vida sin ninguna responsabilidad al prójimo. Era un Bon vivant en su estilo de vida.  Como a todos por igual, al rico le llegó el día de su muerte. Es aquí donde vemos el resultado de su vida de placeres.

II.  La otra es la vida del hombre ético. Este vive con propósito en la vida, pero es un estilo de vida que requiere mucho esfuerzo para mantener el su estatus ya que demanda satisfacer o hacer obras para obtener la salvación.  La vida ética puede ser una vida catalogada al borde de la hipocresía. Un ejemplo de esta clase de vida es el intérprete de la ley en el relato de la parábola del Buen Samaritano.  En Lucas 10:25 dice, “Y he aquí, cierto intérprete de la ley se levantó, y para ponerle a prueba dijo: Maestro, ¿qué haré para heredar la vida eterna?” Esta pregunta está fuera de orden ya que la hizo maliciosamente con el propósito de probar a Jesús. El cómo intérprete de la ley sabía la contestación. Por eso Jesús no se molestó en contestarle su pregunta, sino que le hace una pregunta para que el hombre se la conteste a sí mismo. Ya todos sabemos la historia. 

III.  El último estadio es el religioso. Debido a que el vocablo ‘religioso’ puede tener una connotación negativa en nuestra época, vamos a catalogar este estadio como la persona que teme a Dios. El mejor ejemplo que puedo dar es el del buen samaritano. Una historia que siempre me ha fascinado por su sencillez, pero con su profundidad ética. Es una enseñanza tan sencilla y embarcadora. En este estadio aprendemos que el amor es movimiento; es acción. Acción dirigida hacia el otro, o sea, hacia el prójimo. No puede haber amor sin acción, o sea, sin ser expresado.

El amor se preocupa por el acompañamiento del herido y no por ejercer una religiosidad —como dice San Pablo— por sobre la ley, pues obra por amor, y no por el deber de una obligación ética.  Como bien claro lo expresa Dorothee Sölle,[1]

“Podemos cambiar las condiciones sociales bajo las cuales sufren los seres humanos. Podemos cambiar y aprender del sufrimiento en vez de empeorar. Podemos, de forma gradual, hacer retroceder y suprimir incluso aquel sufrimiento que se produce para provecho de unos pocos. Pero en todos estos caminos tropezamos con fronteras que no se dejan traspasar. No solo la muerte es una de esas fronteras. También se nos presentan el embrutecimiento y la falta de sensibilidad, mutilaciones y heridas que ya no se pueden eliminar. El único medio de traspasar estas fronteras consiste en compartir el dolor con los que sufren, no dejarlos solos y hacer más fuerte su grito”.

La pregunta que nos surge inmediatamente es qué movió a este hombre a tomar acción. El buen samaritano es una gran expresión de amor sincero en acción. Creo que no fue movido meramente por una responsabilidad social, sino por un amor a la humanidad representado por el hombre herido. En esta historia Jesús nos enseña que no era el sentido moral de hacer el bien, lo que se conoce en la filosofía kantiana como el ‘imperativo categórico’. O sea, una filosofía que hace al sujeto moverse por el deber y no por amor. El buen samaritano fue movido no por un deber social, sino porque fue ‘movido a misericordia.’ La misericordia lo llevó hacer más allá de lo que el deber le hubiese dictado. Veamos lo que hace una persona que teme a Dios:

Vino cerca de él
Le vio
Fue movido a misericordia
Se acercó
Vendó sus heridas
Le echó aceite y vino
Lo puso en la cabalgadura
Lo llevó al mesón
Cuido de él
Pagó la estadía en el mesón
Encomendó su cuidado al mesonero
Aun después de irse, muestra preocupación y está dispuesto a pagar lo que gaste de más.

El modelo de la praxis solidaria, inclusiva y amorosa del buen samaritano, sería el modelo a seguir en esta sociedad llena de religiosos hipócritas que no mitigan el sufrimiento apremiante del prójimo, sino que quieren explicar la realidad injusta y sufriente del mundo con sus concepciones abstractas y huecas.  ¿Con cuál de estos tres estadios nos podemos identificar? 
   
 [1] D. Sölle, Sufrimiento (Salamanca: Sígueme, 178), p. 180.


2 comments:

  1. Como siempre hermano, tremendo tema. En respuesta a su pregunta, yo personalmente quisiera identificar con ese amor del buen samaritano, pues mi gozo es ayudar al necesitado y cuidar de el, como Dios me ha amado y cuidado. En torno a las iglesias y los estadios que presentaste; entiendo que la iglesia de hoy es una Estetica, Etica y Religiosa. Estetica, por que hoy dia, la iglesia quiere aparentar que esta todo bien, que nada les falta; cada vez buscan mas el tener un gran templo, mejores escenarios, los mejores que viste y con mejores autos, haciendose asi vanidosa. Las escrituras que presentaste referente al estadio estetico me hace pensar en aquella iglesia que ve al desamparado en la orilla de la calle y no le da ni un centavo, de igual manera, esta rodeada de vecindarios de bajos recursos y no ayudan al vecino, mas para "aparentar," dicen que ayudan en misiones. El segundo estadio, el etico, lo pude comparar con una iglesia que dice estar siempre "correcta" y se enfoca tanto en que no se vea una falta, que descuida lo que en realidad tiene que hacer, alcanzar al perdido. Sin embargo si hablamos del tercer punto; y nos referimos, como usted menciona, al temor a Dios, este, ya casi no se encuentra, pocas son las iglesias que viven asi y se dejan guiar por este temor. Si asi fuera! wow, seria otra la historia. Dios le continue bendiciendo y gracias por que de esta maneras sacio mi apetito de aprendizaje.

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    1. Muchas gracias Chris por tu apoyo. Comparte con otros este blog para que siga creciendo y para que se de impacto para todos los que lo leen.

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