Wednesday, October 22, 2014

Breve semblanza intelectual del Profesor Dr. Luis Rivera Pagán


En honor al distinguido Dr. Luis Rivera Pagán he emprendido esta brevísima semblanza de este ilustre teólogo e historiador de teología por excelencia. El Dr. Rivera Pagán nos ofrece un monumental repertorio de pensamiento teológico e histórico en sus numerosos libros y artículos. Nacido en San Juan, P.R., en 1942. Pertenece a la Iglesia Bautista y desde joven ha estado envuelto en círculos de actividades cívicas en busca de un cambio positivo para nuestro mundo.
Mi acercamiento a sus obras comenzó con la lectura de su libro Senderos teológicos: el pensamiento evangélico puertorriqueño. Un pequeño pero enjundioso libro que me ha emprendido en un camino de teología y filosofía en el ámbito puertorriqueño. Pronto estaré incursionando, más adelante, en sus obras más voluminosas, especialmente: A la sombra del armagedón: reflexiones críticas sobre el desafío nuclear, La paradoja de la razón: Filosofía y religión en Domingo Marrero Navarro, Liberación y paz: reflexiones teológicas desde América Latina, Fe y cultura en Puerto Rico y Evangelización y violencia: La conquista de América.
Basado en tres preguntas que le hice al Dr. Rivera Pagán sobresalen tres conceptos y líneas de pensamiento en su ponencia histórica-teológica:

1.  ¿Cómo usted continuaría esta oración? La historia es…, a la que él agrega: “El escenario de los encuentros y desencuentros entre Dios y la humanidad”.

2.  ¿Qué rol juega la resurrección de Cristo en el panorama histórico? La cual el ilustre profesor contesta: “Desde la perspectiva de la fe, la resurrección de Cristo es la confirmación del amor eterno de Dios a la humanidad, la consumación de la Encarnación del Verbo y el fundamento de las esperanzas humanas.”

3.  ¿Cuál es el rol de la escatología en el panorama histórico? ¿Qué usted diría al respecto? Su contestación es: “La esperanza de un mundo radicalmente distinto, donde cesen las guerras y violencias e imperen la paz y la justicia.”
Partiendo de sus tres contestaciones vemos que la historia es, para Rivera Pagán, como él dijo “el escenario de los encuentros y desencuentros entre Dios y la humanidad”. Su contestación me agradó ya que su perspectiva viene desde una vertiente bíblica. Al ir al texto bíblico podemos ver ese encuentro entre Dios y la humanidad iniciado en la relación de Dios con Adán y Eva. El desencuentro se realiza al ellos caer o mejor dicho, a la ruptura de la relación íntima que había entre Dios y ellos. Pero ese “desencuentro” podría catalogarse como una ruptura en la relación Dios-humanidad en la caída relatada en Génesis 3. En sí  podemos decir que hubo un “desencuentro” ya que vemos a Dios por el jardín buscando reanudar ese encuentro que al principio tuvo con el hombre y la mujer, “Y el SEÑOR Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?” (Gen.  3:9).
Considero que la contestación a la segunda pregunta respecto a la resurrección en su rol en el panorama histórico, Rivera Pagán fue bien explícito en su pensamiento teológico. Nos da tres puntos muy significativos los cuales son de suma importancia para la historia de la humanidad. Él dice: “Desde la perspectiva de la fe”:
a)  la resurrección de Cristo es la confirmación del amor eterno de Dios a la humanidad
b)  la consumación de la Encarnación del Verbo
c)  el fundamento de las esperanzas humanas  
El punto “a” es de suma importancia en la fe cristiana ya que el mismo apóstol Pablo dice, “y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe” (1 Cor. 15:14). El panorama de la historia sería diferente si no tuviésemos la resurrección de Cristo como eje histórico de la humanidad. La resurrección de Cristo le da un significado eterno y metafísico a la humanidad. En cambio, la filosofía de la materia concibió la historia universal como el desarrollo de la materia al cual Feuerbach dio mucho énfasis y Marx adhiere su pensamiento del cual fundó el materialismo dialéctico; que para él ontológicamente, no hay más que materia.   
El punto “b” es bien explicado por el apóstol Juan al proclamar, “… y aquel verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…” (Juan 1:14). El verbo encarnado es el Cristo histórico, el Cristo hombre que viene a la humanidad para reanudar el encuentro entre Dios y el hombre. El verbo encarnado, muerto y resucitado trae esperanza a la humanidad, el cual es el punto “c”. La resurrección es “el fundamento de las esperanzas humanas” ya que históricamente el ser humano lo que ha traído y augura es un hecatombe jamás visto en la historia de la humanidad. “Sin el fundamento de las esperanzas humanas” el humano se encontraría inerme frente a los grandes problemas humanos  con los que ha venido luchando en su historia. 
La tercera pregunta, sobre el rol de la escatología en el panorama histórico, el profesor pone su lente en “La esperanza de un mundo radicalmente distinto, donde cesen las guerras y violencias e imperen la paz y la justicia.” El pensamiento de Rivera Pagán nos brinda una escatología que no se enfoca en la “doctrina acerca de las últimas  cosas” sino en una visión escatológica presente. Considero que el profesor centra su enfoque en la esperanza y la promesa de Dios fundamentadas en la resurrección de Cristo y el derramamiento del Espíritu Santo como medio para una vida más armoniosa y constata que la escatología que él profesa tiene miras en el presente bien concreto.

El advierte, “O aprendemos a vivir juntos en armonía, en diálogo, en paz y sin violencia en este planeta que nos cobija a los cristianos, a los islamitas… o si no el Siglo 21 va a hacer palidecer al 20 como un siglo de guerras de violencia y de enfrentamientos sangrientos”. [1]
En fin, se podría seguir escribiendo mucho sobre el legado del Dr. Rivera Pagán a la Iglesia contemporánea, pero fundamentalmente, más allá de lo que podamos decir, una cosa es cierta, su capacidad totalizadora del trabajo de investigación que él hace en todos sus escritos se evidencia en la profundidad de su pensamiento intelectual y su absoluta seriedad al tratar los asuntos de la teología e historia teológica. Quiero también agregar, con sumo respeto, que entre las cosas que también he podido percibir en mi trato con este gran ser humano es su humildad y sinceridad de expresión.

Concluyo esta brevísima semblanza intelectual de Luis Rivera Pagán, diciendo que sus escritos nos brindan un monumental legado de pensamiento histórico teológico con un rigor poco común que enlaza un diálogo con la teología y la filosofía y la historia en un mundo que cada vez más se encuentra en necesidad de intelectuales que nos brinden lucidez en medio de la oscuridad. 


[1] La lucha por la paz en la nueva coyuntura internacional Cátedra UNESCO de Educación para la Paz Facultad de Educación, Universidad de Puerto Rico 26 de feb. de 2002.

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